La importancia de la Nutrición en el embarazo

Una alimentación saludable es muy importante en cada etapa de la vida, pero es esencial en el embarazo y la lactancia, ya que desde esta etapa se ven reflejados los hábitos y la forma de vivir para las demás etapas de la vida. Para iniciar la etapa de embarazo la madre debe contar con buena salud y buenos hábitos en la alimentación para procurar que todo el proceso de crecimiento del feto, el parto y la lactancia sean satisfactorios.

Hoy en día, las mujeres en edad fértil, no cumplen con el requerimiento nutricional para iniciar con su etapa de embarazo, se evidencia una deficiencia de vitaminas como vitaminas B9, B12, B6, A, D y minerales como yodo, zinc, hierro y selenio, que están relacionadas con la disminución de la fertilidad, malformaciones durante la gestación y enfermedades crónicas para la madre y él bebe, todo esto debido a sus malas costumbres alimentarias, el inadecuado consumo de vegetales, frutas, proteínas y la reducción de actividad física.

¿Cómo afecta la deficiencia de vitaminas y minerales en el embarazo?

La deficiencia de hierro se asocia con depresión materna, riesgo de bajo peso del bebe y función cognitiva disminuida en la infancia, por otra parte, su exceso se ha visto relacionado con las alteraciones neurológicas fetales.

El calcio interviene en la mineralización ósea fetal, osteopenia, calambres musculares, y preeclampsia.

El zinc interviene en la defensa antioxidante y función neurológica e inmune y su deficiencia está relacionada con la inmunidad deteriorada, preeclampsia y diabetes mellitus gestacional.

El yodo es esencial en la síntesis de hormonas tiroideas durante los primeros seis meses de gestación. Su deficiencia está relacionada con aborto, retraso en el crecimiento del cuello uterino, alteraciones en el cuello uterino y sordera.

El selenio posee actividad antioxidante y su deficiencia al día está relacionada con aborto, daños en los sistemas nervioso e inmunológico fetal y en el desarrollo neuropsicológico del descendiente en la infancia.

El ácido fólico interviene en numerosas reacciones de metilación del ADN y su suplementación reduce el riesgo de defectos del tubo neural, parto prematuro y morbimortalidad infantil.

La vitamina A interviene en el desarrollo ocular y del esqueleto fetal y su deficiencia está relacionada con parto prematuro, retraso en el crecimiento del cuello uterino y xeroftalmia, siendo la principal causa de ceguera prevenible en el mundo. 

La vitamina E tiene efecto protector de los procesos per oxidativos y los requerimientos son mayores en madres que consumen dietas ricas en ácidos grasos poliinsaturados. 

La vitamina C interviene en la metilación del ADN y presenta acción antioxidante; sus necesidades son mayores en madres fumadoras. Su deficiencia está relacionada con parto prematuro, eclampsia y mayor riesgo de infecciones respiratorias. 

La vitamina D interviene en la función inmune y el desarrollo esquelético fetal; estados deficitarios se relacionan con diabetes mellitus gestacional, preeclampsia, y depresión postparto.

La vitamina B12 interviene en la síntesis y metilación del ADN y es necesaria en el desarrollo neurológico del descendiente. Su deficiencia se ha asociado con bajo peso del recién nacido y disminución del rendimiento cognitivo en el descendiente.

En conclusión una buena nutrición en los primeros días de vida tendrá una influencia muy beneficiosa para la salud posterior. Optimizar el crecimiento prenatal y posnatal temprano es esencial desde el punto de vista preventivo.

Bibliografía: Nutrición hospitalaria, SCIELO, [Internet], [28 de diciembre 2020, 31 de enero 2023], Disponible en: Importancia de la nutrición durante el embarazo. Impacto en la composición de la leche materna (isciii.es)